Ejército de Liberación Nacional
Lograr un cese bilateral es una garantía de sostenibilidad del proceso de La Habana y una decisión importante para fortalecer escenarios que conduzcan a la refrendación de lo acordado y a abrir caminos para la pronta instalación de una mesa de conversaciones con el *ELN*.
La amistad y colaboración perduró incluso después de nuestra última conversación en octubre de 1965, en aquel momento, le insistí sobre la importancia de afianzar el Frente Unido del Pueblo, por ello, él me invitó a seguir el diálogo en la montaña, hacia donde se dirigía, para unirse al *Ejército de Liberación Nacional (ELN)*.
En cuanto a la negociación, se pide que diferentes sectores de la sociedad civil puedan intervenir en las conversaciones, incluidas a las víctimas; la incorporación de otros actores insurgentes en el proceso (*ELN*, EPL); el seguimiento y conformación de una comisión de acompañamiento internacional y veeduría ciudadana; la refrendación de los acuerdos en una instancia amplia, que les otorgue carácter vinculante; la difusión de la información sobre el desarrollo de las conversaciones; y la socialización del acuerdo a nivel nacional y en las regiones; entre muchas otras cosas.
Este es causado por la actividad de grupos armados ilegales, principalmente las Farc, el *ELN* y las bacrim, que han llegado desde otras partes del país por la presión militar del Estado y se han establecido por medios violentos para controlar las rutas de tráfico de insumos químicos ilegales, cocaína y armas.
Aunque persiste la confrontación armada entre la fuerza pública y las guerrillas de las FARC y el *ELN* en varias zonas del país –en particular en el litoral Pacífico y los departamentos de Huila, Caquetá, Meta, Guaviare y Arauca–, en la actualidad los grupos insurgentes tienen una presencia territorial mucho más reducida que hace ocho años.
Se estima que hoy las FARC no suman más de 8.000 a 10.000 combatientes y el *ELN* tiene apenas 1.500. A la vez, la tasa nacional de homicidios ha caído de manera significativa y, según fuentes oficiales, el número de secuestros se redujo ostensiblemente hasta llegar en 2009 a la décima parte de la cifra del 2002.
Finalmente, es indispensable dictar una ley de tierras que permita disponer de normas ágiles para la restitución de las propiedades que, mediante diversas rutas de despojo, cayeron en manos de las AUC o las FARC y el *ELN* y cuyos propietarios legítimos esperan una pronta respuesta del Estado.
Basta señalar que todavía ni las FARC ni el *ELN*, cuyas cúpulas dirigentes deberán responder en el futuro ante los tribunales de Justicia y Paz, se han desmovilizado.
Víctor G. Ricardo dijo también que es necesario que el *Eln* dé muestras al país que quiere verdaderamente hacer una negociación política del conflicto.
El conflicto con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) es catalogado como “no resuelto definitivamente”, y los conflictos con el *Ejército de Liberación Nacional (ELN)* y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) son descritos como “no resueltos”.
El Ministro indicó que ya pasó un “tiempo prudencial” para confirmar que se trata de un secuestro, dado que no han sido vistos desde el sábado, en el caso de Salud Hernández, y el lunes, del equipo periodístico de RCN, por lo que “de aquí en adelante la responsabilidad de la integridad y libertad de estos tres ciudadanos reposa exclusivamente en manos del *Eln*”.
Lo que hizo ayer Rafael Correa, presidente de Ecuador, al ratificar la realización en su país de seis reuniones entre delegados del Gobierno colombiano y del *Ejército de Liberación Nacional (Eln)*, con miras a iniciar un proceso de paz, es la confirmación de un rumor que viene corriendo desde mediados del año, cuando después de un largo período de exploraciones y pocos avances en la construcción de una agenda común a negociar, la dinámica cambió y las conversaciones comenzaron a fluir a un mejor ritmo.
La estrategia del gobierno de Álvaro Uribe se ha enfocado en golpear a las Farc militarmente, buscar una negociación proforma y por tanto infructuosa con el *Ejército de Liberación Nacional (ELN)* y desmovilizar a los paramilitares organizados bajo el paraguas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), con base en una controvertida legislación de justicia transicional, la Ley de Justicia y Paz.
Luego de dos años de acercamiento entre las delegaciones del gobierno nacional y la guerrilla del *Ejército de Liberación Nacional (ELN)*, las partes anunciaron la fase pública del proceso de negociación de la paz.
Alma Mater, Colombia, 2016, Ed. 653
Sin embargo, las víctimas insisten en que el ataque también tuvo un fin punitivo contra la población civil, a quienes los paramilitares y el Ejército acusaban, sin fundamento, de haber apoyado dos secuestros masivos perpetrados por el *Ejército de Liberación Nacional (ELN)* en Cali.
Con ese remoquete se conoce a Gustavo Giraldo Quinchía, un temido jefe guerrillero del *ELN* que la semana pasada fue uno de los responsables del paro armado desarrollado en Nariño, Santander, Norte de Santander, Vichada, Casanare y Arauca.
Aunque la población sintió sus efectos, para la tarde del jueves la ofensiva del *ELN* y el anuncio de paro habían resultado menos fuertes de lo esperado.
Entre abril y finales de julio pasado, tan solo en Arauca el *ELN* atacó 44 veces en varios municipios.
En 1978, el *ELN* creó el frente Domingo Laín y casi desde su inicio Pablito entró a sus filas.
También hay que considerar que este rechazo al acuerdo con las Farc tendrá un fuerte impacto en las posibilidades de un proceso de paz con el *ELN*.
El mandatario quería escuchar ideas y puntos de vista útiles para jugar de la mejor forma sus cartas en el relanzado proceso de paz con el *ELN*.
El propio gobierno ya asimiló la dificultad de avanzar en un diálogo con el *ELN*.
La infraestructura del oleoducto Caño Limón Coveñas, operado por Ecopetrol, fue el objetivo en las últimas horas de actores armados, al parecer, del *Ejército de Liberación Nacional (Eln)*.
Y el 30 de marzo pasado, en Caracas, los representantes de ambas partes anunciaron el comienzo de una mesa de negociaciones en torno al Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia entre el Gobierno y el *ELN*, una agenda de seis puntos.
Mientras Santos exigía la liberación de todos los secuestrados, el *ELN* sostenía que ese era un punto de la agenda y percibía la exigencia como una jugada de “debilitamiento estratégico”.
El gobierno, entre tanto, excarcelará a varios cuadros del *ELN*, algunos para que se sumen a la mesa, y revisará las condiciones de reclusión de otros.
A diferencia de las Farc, unificadas bajo una estricta línea de mando vertical, el *ELN* se distingue por su estructura federal con fuertes mandos regionales o frentes de guerra.
Las negociaciones con el *ELN* continúan en el limbo, dada la incertidumbre por la suerte del excongresista chocoano Odín Sánchez, quien terminó en manos de esa guerrilla cuando se canjeó en abril de este año por su hermano Patrocinio Sánchez.
Estos y otros elementos harían pensar que las negociaciones con el *ELN* serán muy similares a las que se tuvo con las Farc.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 662
Inició, por fin, la segunda rase del proceso de paz con el *ELN*.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 662
El análisis que se puede hacer luego de un mes de negociaciones denota el esfuerzo que el *ELN* está haciendo por diferenciarse de los farianos.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 662
Para el *ELN* es claro que su apuesta es por una paz efectiva.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 662
Estos y otros elementos harían pensar que las negociaciones con el *ELN* serán muy similares a las que se tuvo con las Farc.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 662
Por lo tanto, es totalmente pertinente preguntarse ¿qué pasa con el *Ejército de Liberación Nacional (ELN)*?
Además, se estaba gestando en el continente americano una intensa lucha ideológica entre las visiones pro-capitalistas y las comunistas, lo que estaba incitando el nacimiento de guerrillas; en Colombia surgieron las Farc y el *ELN* en 1964 y el EPL un año después.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 663
Son, pues, más de dos décadas y media intentando llegar a un acuerdo de paz con el *ELN*.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 664
El primer intento por negociar la paz, como se dijo, lo realizó el *ELN* entre 1990 y 1992, cuando en compañía de otros grupos armados conformó la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB), con el único objetivo de negociar la paz.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 664
Tuvieron que pasar seis años para que el *ELN* de nuevo se sentara a negociar la paz.
Dinero, Colombia, 2017, Ed. 664
Luego le siguió el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) quien, de forma paralela a las negociaciones con las Farc, buscó de nuevo acercarse a un acuerdo de paz con el *ELN*.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 664
En este período, el *ELN* dejó claro que para negociar la paz se requería del apoyo de la comunidad internacional: tanto para realizar por fuera del país las negociaciones como el carácter de garantes y acompañantes de este actor.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 664
Durante el foro «El panorama de la negociación con el *ELN*, que tuvo lugar en la Universidad de Antioquia, argumentó que las universidades públicas se han ausentado sobre el asunto histórico más importante de la vida política colombiana.
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 665
Currea de Lugo lamentó que los procesos como la negociación con las FARC y el *ELN* se hayan reducido, debido a la incapacidad para plantear un modelo de participación adecuado, de lo cual parece derivarse que «la paz no tiene pueblo y en vez de discusión nacional sobre los temas a negociar, salgas a flote las contradicciones en los medios de comunicación, pero no en la mesa; las posturas centralistas y no plurales de los colombianos; los discursos ideologizados y se ponga en evidencia tanto el clientelismo como el miedo a la democracia».
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 665
En esta vía el exmilitante del *ELN* y actual gestor de paz, Carlos Velandia Jagua, dijo que «lo peor es que la paz no es la prioridad de los colombianos, porque son las preocupaciones como la corrupción del sector público y privado, el bajo salario, los impuestos, la inseguridad, los asuntos relacionados con Trump los que inquietan y, de último, está la paz de Colombia».
Alma Mater, Colombia, 2017, Ed. 665
A pesar de las reiteradas manifestaciones de voluntad del Gobierno de mantener el diálogo en determinadas condiciones, y de la disposición del *ELN* para hacerlo, aún no se descubren los caminos que lleven a las partes a un primer encuentro en el que se puedan compartir de manera clara y abierta las expectativas de cada uno
El reconocido opinador de la vida política nacional y del conflicto colombiano, al tiempo que señaló que el país enfrenta un problema grande con las Farc y el *ELN*, no sólo por el desafío al Estado, sino también por la degradación, […]
Alma Mater, Colombia, 2009, Ed. 574
Las conversaciones de paz entre el Gobierno de Iván Duque y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)* están en un punto muerto, o al menos en estado de coma indefinido.
Y nadie que no lleve el rótulo de FARC, AUC, *ELN*, «narco» (palabra que escriben en letra cursiva) o que no se mueva en el territorio de la delincuencia prestante, tendrá la clave de acceso a las salas de redacción y el derecho a un vistoso titular de prensa.
Alma Mater, Colombia, 2006, Ed. 542
Pese a su enorme importancia, la desmovilización de las FARC no significa la pacificación total en el país. Aún permanecen las hostilidades con el *ELN*, una guerrilla que hace presencia, aunque durante el lapso 2011–2012 no tuvo mayor cantidad de ataques (18, que significan un 4 %).
Ante la posibilidad de iniciar un diálogo con el *ELN*, uno de los temas centrales es el sector minero-energético, por eso conviene reflexionar sobre la complejidad de abordar esta esfera, los aspectos que podrían mejorarse y la oportunidad que representa para el país.
Posteriormente, en el nuevo momento de la conflictiva y persistente relación entre violencia y política, llegó la llamada ‘violencia revolucionaria’, ligada a discursos de transformación del Estado y que se va a incubar en las guerrillas de mayor tradición y persistencia: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el *Ejército de Liberación Nacional (ELN)* y el Ejército Popular de Liberación (EPL).